(cuento 3)

(3)

Cierto día soleado llegó un ratoncito al bosque. El ratoncito al ser un recién llegado, estaba muy desorientado cuando de repente se encontró con jabalí que se burlaba descaradamente de él.

-¿Por qué te ríes de mí?- preguntó el ratón ofendido.

-¿Sabes que eres insignificante? ¿Te has mirado? Hasta una hormiga puede pisarte. jajaajaja. ¿Por qué has venido aquí? Aquí no pintas nada. Vuelve por donde has venido.

El ratoncito encima de que se encontraba abandonado y solo, era objeto de burlas además de ser repudiado...Pobrecito nuestro ratón...

Tiempo después paseando por el bosque, oyó una serie de gritos. Y era el graciosete jabalí que se había reído del ratón con anterioridad. ¡Vaya! era perseguido por un elefante...Entonces el ratoncito reaccionó y recordó que los de su especie suelen asustar a los elefantes, así que se apresuró y atemorizó de tal manera al elefante que se puso a temblar como un flan y decidió dar media vuelta.

El jabalí abochornado pidió disculpas al ratoncito efusivamente, ya que, ¡él le había salvado al vida!

-Acepta mis disculpas ratón. Soy un engreído y un pretencioso.- dijo el jabalí

-Acepto tus disculpas. Te perdono amigo. Por fin comprendes que todos merecemos el mismo respeto-contestó el ratón con una amplia sonrisa.

¡Amigos! No hay nada más agradable que una amistad sincera y profunda entre dos individuos, sean quienes sean. ¿Cuántas vidas se habrán salvado gracias a la solidaridad? Podéis empezar a contar.